Resulta que aparece y se despereza despacio, con la
tranquilidad de un domingo de mañana siendo martes y sonríe levemente con el brillo en los ojos
del que está buscando algo. Resulta que camina, oye música y la encuentra. Allí
están los de siempre, los mismos tambores, las mismas maracas, las mismas
personas…
Ella se queda mirando a cada uno un tiempo detenido y
le sorprende que sean tan felices, no dejan de moverse, no dejan de reír. Le
sorprende que estén tan definitivamente unidos, las miradas, la música ahora
más cercana, todo le sorprende, le enternece más bien. Distraída, les mira sin
darse cuenta de que ella posee el mismo gesto que los demás y resulta que está
sonriendo como ellos… Sólo con mirarlos.
Hace tiempo que el deseo se extravió para siempre...con solo mirarlos.
ResponderEliminarbsos
A veces las miradas tienen ese "contagio".
ResponderEliminarBesoyabrazoyganasdeverte.
que frase tan bonita Fran, también sería un buen final
ResponderEliminarbesos a los dos y gracias por leerme (: