jueves, 17 de marzo de 2011

La vida, pirata




Estaba sentado con la cabeza entre los brazos que a su vez estaban apoyados en las piernas cuando alguien le golpeó en el brazo. 

- ¡Eh chico! -Dijo con una voz grave y oliendo a alcohol- Yo también me he preguntado a veces que hago aquí, pero créeme no tiene sentido o quizás sí pero no lo hagas demasiado, no es un consejo, es una orden. Puedes nadar hasta la orilla si quieres, es posible que el tesoro que buscamos esté allí, que la encuentres llena de manajares y placeres, o también es posible que mueras en el intento, pero escúchame bien chico, sea lo que sea, este barco seguirá sin ti ¿Me entiendes?

Entonces él aturdido levantó la mirada y de repende recordó respirar.