domingo, 28 de noviembre de 2010

Como las narices.


Iba en el metro con una hermosa mujer, por una hermosa ciudad a la que todavía yo no había aprendido a querer ni a mirar. No recuerdo muy bien por dónde era, quizás Tribunal, quizás Gran Vía, quizás la línea diez, o la línea uno. ¿La azul oscura, la azul clarita?
De repente subió un chaval de unos once o doce años que también era hermoso, pero había un pequeño gran detalle que destacaba en él. Pelo afro, piel tostada, niño, ojos negros y brillantes, maduro, algo flacucho, con balón de basket, resuelto, cara distraída, alto, etcétera. Y entre todo esto... su nariz.
Qué niño más guapo. Dije yo.
Sí —dijó la mujer hermosa mientras se reía— pero todavía no le ha crecido la cara y sí la nariz.
Y era verdad, estaba desproporcionado, tenía una nariz enorme, una nariz de adulto, seria, importante y, sin embargo, el resto de la cara era tan dulce, tan pequeña al lado de su nariz. Me hizo gracia el hecho, le había crecido la nariz, ¡únicamente la nariz!, allí estaba pegada a su cara, viajaba con él.
Así es la vida, Andrea, como las narices —decía la voz de mi madre— se crece rápido y desigual.
En aquel momento no acabé de entenderlo del todo, enfrascada en mí como de costumbre. Hoy, pensándolo detenidamente, no sólo lo entiendo, sino que lo vivo y lo creo.

A todos nos pasa como a ese niño que se despierta un buen día y de repente le ha salido una nariz enorme, una nariz de adulto... y, ya no es tan niño.
Siente que algo es diferente mientras engulle cereales, le duele de verdad la cara y piensa que tal vez haya dormido mal y cuando se dirige al espejo para colocarse inútilmente su pelo afro y quitarse las legañas allí está ella. Ha crecido desmesuradamente, ha cambiado sin pedirle permiso, así, se ha tomado la ley por su mano. El niño es incapaz entender cómo y cuándo ha pasado, cómo puede no haberse dado cuenta. Y lo peor de todo: el resto del cuerpo no está preparado para esa nariz. Todos lo notarán y no sabrá ni cómo explicárselo. Así que esconde la cabeza entre los brazos, deja que las lágrimas corran por sus mejillas y se encierra en el baño, se niega a salir, decide quedarse allí a vivir. Pero, afortunadamente, alguien llama a la puerta, es otra mujer hermosa, la mujer hermosa de este niño, que le obliga a salir, a vestirse y a largarse a la escuela. Al principio, el niño no acepta su napia y todas las mañanas, sin que ella le vea, pierde largo tiempo tratando de ocultarla con maquillaje. También pierde tiempo en las clases, pensando en lo mal que le queda o en cómo va a solucionar el problema, cómo conseguirá disimularla, cambiarla, taparla. Pierde tanto tiempo que se automargina no saliendo con los amigos y amigas, porque considera que con esa nariz no podrá hablar con nadie, olvidando que está hasta más guapo y gracioso.
Pero sucedió que al cabo de unos meses este niño fue perdiendo menos tiempo, aprendió a no pensar en la nariz, luego a aceptarla, comprendió que la nariz había venido y que no podía ocultarla, ya no podía quitársela, formaba parte de él. Al cabo de más tiempo, dejó de llorar por las noches y volvió a hablar con la gente, para su sorpresa nadie le comentó nada acerca de ella. Y aún, mucho tiempo después, empezó a quererla y la aceptó por completo, incluso se miraba al espejo y se sentía cool con aquella nueva compañera... y fue entonces cuando el resto de la cara creció, cuando todo empezó a encajar: nariz, boca, ojos negros y brillantes, pelo afro, algo delgaducho, etcétera.

Eso es crecer, Andrea, te despiertas un buen día y te ha salido una nariz y no sabes ni de dónde, ni qué hacer con ella. Te despiertas un buen día y te sorprendes de vivir con quien vives, de lavarte los dientes con quien te los lavas, de vivir donde vives y te preguntas qué haré aquí, cogiendo el metro de Aluche, andando por San Fernando. Te miras al espejo y dices: joder tengo 18 años, voy a la universidad. Piensas “cómo me está cambiando la vida” y no te sientes de ningún lugar ya. Y es que eso es la vida, Andrea, duele y se tiene que aceptar y se tiene que aprender y se tiene que luchar e, inevitablemente, se tiene que cambiar.
Así es, como las narices y esperemos que sea, cómo y de narices.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Ella


A mi madre

Ella que escuchó tantas historias,
Ella que fue poeta, así,
sin quererlo,
con la espontaneidad
con la que nacen las rosas.
Ella, punto.
Ella que pintó del azul de sus ojos
las almas de sus hijos.
Ella que adoptó a tantos como hijos.
Ella, coma,
que pasó sutil
envuelta en una esfera.
Ella, que fue pasión,
pero a la luz de una vela.
Ella, interrogante,
que buscó en las letras
los rincones de su alcoba personal,
de su alcoba paralela.
Ella, que me enseñó
que las cosas buenas
llegan cuando menos te lo esperas.
Ella, puntos suspensivos…
Ella, sin más, riendo, a pesar.

.

jueves, 14 de octubre de 2010

jueves




- Me gustaría que estuvieses aquí conmigo.
-Estoy aquí. Rió ella, distante, como siempre. Forzada, como últimamente. Escondida.
-No, lo digo enserio. Aquí, que pudieses tocarme, que pudieses sentir como lo hago yo.
Se miran. Le duele, le duele mucho.
Y entonces, sin más, ocurre. LLora, llora la niña que lleva dentro, esa a la que le cuesta respirar y que anda siempre acatarrada. Llora la niña que está muriendo.
¿Y él? Él sonríe por dentro.

jueves, 5 de agosto de 2010


- Me duele. – Le digo casi llorando.
- A veces la vida duele. Responde él mirándome con la cara del que no sabe muy bien qué decir.
- Ya... pero esto es distinto. (Le explico) Me duele de verdad. No quiero. No voy a seguir, yo me quedaré aquí sentada y cuando todo vuelva a la normalidad me levanto y tú sólo tienes que hacer como que no me has visto.
- No puedo.
Me siento, no quiero hablar más. Me mira y yo también le miro. Sigo esperando una respuesta más convincente. Quiero que me pida que me quede, que se siente conmigo, pero no lo hace.
- Sería injusto. Dice.
A lo mejor no quiere estar más conmigo. Pienso. Siempre hemos sido amigos. ¿Por qué hacernos esto?
- ¿No me entiendes verdad?
Le digo que no con la cabeza. Parezco enfadada. ¿Lo estoy? Lo complico todo.
Decido hablar.
- Es sólo que... -No me sale la voz- que... tengo miedo. Sonríe.
- ¿Miedo a qué?
- A que me olvides. Se ríe. Me da la mano y me ayuda a levantarme, no me dice nada. Me mira y niega con la cabeza. Me trata como si fuese una niña pequeña que se mosquea por cualquier tontería, pero no lo es, no es una tontería. Me abraza. Yo lloro, el me abraza más fuerte. Empiezo a entender.
- Tengo que irme.
- Lo sé.

lunes, 26 de julio de 2010

volver.


Se enfrentó a un lienzo
Con aquellos ojos vidriosos y la sonrisa del que no ve
Sólo mira...
Quiso pintar el mundo y creer
Pero había olvidado el color
Quiso cantar al viento
Pero no recordaba la canción
Y sin embargo, aun sin recordar,
Era uno de los regalos bonitos de la vida.
Y así, sin darse cuenta, volvió a ser una niña.

viernes, 16 de julio de 2010

Mi abuela tiene cabras pero a mí me gusta mucho pintar, más que las cabras.


Curiosa conversación la de la mesa de al lado. Una familia ha adoptado a una niña saharaui y le preguntan por su vida allí. Ella tendrá unos 5 o 6 años y ya ha estado antes en España, se desenvuelve sin miedo, le faltan dos dientes de leche, las dos paletas, pero muestra esta carencia constantemente. Ríe y le brillan los ojos. Los labios grandes y el tono de piel muy oscuro. Les explica que su madre no tiene cabras pero que su abuela sí. Come un helado de chocolate, mientras les hace entender mediante gestos que en el Sahara el chocolate cuesta mucho dinerito. De su cuello cuelgan muchos collares de diferentes colores, todos muy mal combinados basándonos en la moda superficial pero que concuerdan perfectamente con la edad y vitalidad de la niña. Quiere la moto de papá, del papá de su familia de adopción. Su nueva hermana le responde que la moto de papá es suya y que el Sahara también es suyo, todo es suyo. La niña se limita a reír entre dientes y a negar tímidamente con la cabeza. ¿Qué pensará? Me preguntó yo. (Quizás piense que su hermana es tonta por creerse en posesión del Sahara, ni siquiera es de ellos) La gente que está comiendo conmigo habla, quizás de lo mismo, no lo sé, hace tiempo que estoy perdida en los movimientos de la pequeña, me sorprendre. Estamos comiendo en un restaurante vietnamita, dos familias españolas y una niña saharaui. Me siento, más que cotilla, curiosa y me alegro de estar escuchando cuando llega el siguiente comentario. Tienes que ir a la escuela el lunes le dicen. ¿Qué? Grita ella riendo. No lo entiende. Tienes que ir a la escuela. Otra vez : qué. No a la escuela no, les aclara a las niñas españolas la única adulta de la mesa, que al parecer es una niñera. Probar con trabajar les dice. Tienes que ir a trabajar a la escuela. Comenta la más mayor de las niñas orgullosa por su clara definición. Ya entiende, afirma con la cabeza. ¿Sola? Pregunta con un acento extraño. Sí, sola. Sigue bailoteando y jugando con el helado de chocolate. No parece importarle. Pero vas a pintar y a la piscina le explica también con gestos. Pintar, eso ilumina su rostro, pintar le gusta. Hace gestos con las manos como si pintase el mantel y canta, quiere pintar, sólo eso. A trabajar, la niña había entendido el término trabajar y no el de escuela... trabajar pienso. Seis años. Después le obligan a contar en español y es capaz de contar hasta quince, magnífico, no puedo evitar sonreír y, sin embargo, sigue sin comprender del todo eso de la escuela.

jueves, 8 de julio de 2010

Automaltrato.


Sudaba. Era una noche de verano, estaba corriendo sola y sudaba. Estaba huyendo de ella misma. Mientras corría se quitó todas las pulseras, la camiseta, los zapatos, la goma del pelo...Cada vez iba más deprisa, como si al liberarse de todas esas cosas banales pesase menos. Sus pies a penas tocaban el suelo, el pantalón, la ropa interior, todo quedaba atrás. No era una escena idílica, no tenía un cuerpo esculpido ni corría por la playa. Corría por el asfalto de las calles vacías, alumbradas por las farolas indiferentes. Huía de su pasado, presente y futuro, de aquella ciudad, de la gente. Huía de la persona en la que se había convertido, de los ruidos, de los gritos. LLoraba, nada tenia sentido. Cada vez pisaba más fuerte y notaba como sus piernas retumbaban pero no importaba. Luchaba, por una vez. Su corazón latía cada vez más, más rápido, más fuerte, más ruidoso. Y entonces despertó. Abrió los ojos y allí seguía, sentada en aquel sofá mullido que conservaba la forma de su trasero. Sentada en aquel salón mustio al que a penas le llegaba la luz. Se frotó un poco los ojos para poder ver los mismos visillos de siempre, los que odiaba en casa de su padre y ahora también en su casa. Aquellos visillos que precisamente no dejaban que entrase el sol por las ventanas. Se levantó silenciosa, arrastrando los pies por el pasillo como de costumbre, se quitó las pulseras, los zapatos, la goma del pelo... Abrió la puerta cuidadosamente y se fue para siempre.

sábado, 26 de junio de 2010

Lo que el viento se llevó .


A veces no sabemos qué sentimos y entonces tenemos miedo. Pero es lo más emocionante de la vida, sentir algo diferente a todo, algo a lo que no podemos darle un nombre porque ni siquiera lo conocemos, sentir algo. La vida más triste no es la del que llora constantemente, es la del que es incapaz de sentir. Yo he tenido alguna etapa así, te vuelves inmune, indiferente a todo, nada te importa, nada te alegra, nada te entristece. Te vuelves una roca. Miedo. Después lloras o ríes y termina... y, vuelves a sentir. Porque en lo referente a sentimientos muchas veces estamos ciegos y no vemos las cosas de la vida, por eso es bonito que alguien te enseñe a ver con sus ojos, a ver otras cosas a las que nunca habías prestado atención y así fascinarte doblemente. Una por las cosas que a ti te fascinan y otra por las que le fascinan a la otra persona, o incluso hasta tres veces, ya que te fascina que al otro le fascinen esas cosas.
El miedo nos impide ver a veces, nos sugiere que ese sentimiento que está ahí naciendo puede no ser bueno, que es diferente, que debemos expulsarlo, aunque lo mejor es que ese sentimiento si tiene que acabar mal lo haga por sí solo, que se transforme en tristeza o en alegría, pero que no se quede ahí esperando a ver qué pasa mientras la vida se va. Albert Einstein decía algo como que las personas más peligrosas no son las que hacen el mal, sino las que se sientan a ver lo que pasa y seguramente tenía razón, porque no luchan. Mi madre me dijo una vez que no fuese indiferente, que luchase por lo que creía independientemente de que a la gente le gustase o no, y, sobre todo, que no tratase de caer bien a todos, porque entonces no sólo sería indiferente, sería como un cúmulo de nada, un montón de nadie. No quiero tener miedo. No voy a tener miedo.

jueves, 10 de junio de 2010

Chocolate y limón por favor.

Es un sentimiento en el pecho que no duele... es un alegría pero asomándose a un precipicio. No sé si me explico. Ahora que casi ha acabado lo entiendo... Entiendo porque algunas personas sensibles me decían que tenían miedo, miedo a un cambio grande, a que cada uno siga su camino, a la vida en definitiva... Yo no lo llamaría miedo, no es que tenga miedo a cambiar, es que hay cosas que no quiero cambiar. Quiero irme, conocer gente nueva, pasarlo bien, pero mientras escribo todo esto también me viene un nudo a la garganta y ganas de llorar... ¿Nostálgica? Sí, un poco. Menos mal que nos queda el verano y siempre nos quedará el verano y espero que más cosas.
Muchas caras de gente importante y de los no tan importantes, de los frikis y personajillos, de los estresados, no sé, de todos me vienen a la mente. Y de los amigos de verdad, eso sí me da miedo. No quiero perderles. Ahora me doy cuenta de que todo ha sido perfecto tal y como ha sido, no importa si me han pasado algunas cosas o si no me han pasado algunas otras. Todo ha sido como tenía que ser. Voy, también, a echar de menos ver cada día a ese grupo de personillas que están y parece como que todo vaya mucho mejor si están, que me dan calor, que me rodean y me crean un colchoncito para que cuando me caiga no me duela tanto. Voy a echar de menos las llamadas de todas las tardes a mis chicas. (Conseguiremos hacer la llamada a tres algún día) ... Voy a echar de menos hasta a los profesores. Pero no quiero volver. No es que quiera volver a vivirlo, es como cuando te comes un helado gigante y buenísimo, al principio quieres que no se acabe nunca pero luego empiezas a estar lleno y te empieza a doler la tripa y entonces se acaba y tú te quedas ahí con el buen sabor en la boca y pensando en lo bien que te ha sabido pero no te comerías otro porque estás lleno. Algo parecido, eso sí que sea un helado de chocolate y limón, con sus toques ácidos y con el dulce chocolate y que tenga pepitas. Las pepitas son muy importantes en la vida, las pepitas (o pinyons) son esas frases que parecen tontas y alguien te dice una vez y en cambio las recuerdas en una situación difícil y sonríes pensando en esa persona, son las sonrisas de toda la gente que no se cansa de mirarte y sonreír, aunque tu luzcas una cara de mierda. Las pepitas son las pulseritas que te regalan las amigas y que se te rompen de tanto usarlas, de tanto llenarlas de sal y de arena, las pepitas es eso, como las pepitas de los helados (cookies) que al principio no importa si tiene o no porque lo que vas a comerte es el helado, pero que cuando te encuentras una : mmm el helado pasa de ser una vulgar y sosa bola de chocolate a ser una crujiente, dulce y buena bola de chocolate. Mucha gente ha llenado de pepitas mi vida hasta ahora y espero que sigan haciéndolo, aunque sé que quizás esta vez el helado venga con menos pepitas vuestras.
Creo que me estoy liando un poco con los helados, todo lo que quiero decir es que vuestras pepitas son geniales =) ... No, no, no vuelvo a los helados. Lo que quiero deciros es precisamente que no sé decirlo, pero creo que lo entendéis. A veces nos pasamos la vida soñando y cuando nos llega lo que habíamos soñado ni siquiera lo aprovechamos porque no es exactamente como lo habíamos soñado, es un regalo pero envuelto en papel de periódico y nuestros ojos tan mal acostumbrados no pueden verlo. Yo ahora lo veo y me gusta, no pienso cambiarlo. Aunque esta vez me saltaré la norma de que los regalos no se regalan ...porque yo espero poder regalaros a vosotros el mismo regalo, el vuestro y el mío. Quiero. Sólo eso, el verbo querer es un verbo fabuloso. Quiero. Quiero muchas cosas, seguir viéndoos mañana, quiero seguir viéndoos pasado mañana, quiero seguir viéndoos dentro de unos meses y también quiero seguir viéndoos dentro de muchos años. Y por pedir pediría que no cambiéis, pero eso es el síndrome de Peter Pan y yo quiero veros crecer y volar... Y que volemos juntos.

martes, 1 de junio de 2010

Un solo con azúcar.


Allí está él mirando, no mira a nadie, se está mirando a sí mismo por dentro... y no ve nada.
Cree. Todo lo que le rodea es real, todo está ahí, igual que siempre, pero el está aturdido, las cosas se mueven, la vida sigue su ritmo pero no le importa, porque él empieza a bailar más lento, mucho más lento. No le duele. ¿Debería dolerle? Se mira las manos y luego las rodillas, las rodillas y otra vez las manos. Lo está buscando todo, el problema es que no sabe por dónde empezar. Alguien se acerca y le pregunta la hora, no lo sabe, ni siquiera tiene importancia.
Ha perdido tanto sin darse cuenta, otra vez las manos, siempre pensó que tenía manos de viejo, con sus curiosas arrugas. Su cara de niño y sus manos de viejo tenían que empezar de nuevo. Hay personas en la vida que empiezan muchas veces de cero, otras no lo hacen nunca. Él no sabía si lo había hecho antes, pero estaba seguro de que lo estaba haciendo ahora.
Caminó. Sólo iba a tomar un café al bar de la esquina, al bar de siempre. Pero ya no sentía la misma sensación, ya no estaba sumergido en el ritmo veloz, las llamadas, los amigos, las compras, estaba en trance. Estaba cambiando. Iba solo. No esperaba a nadie. Se estaba esperando a sí mismo y no llegaba. Pidió un solo con azúcar, pero alguien se olvidó del azúcar y allí estaba él, solo y encima amargo. No podía llorar, no podía reírse, su mente se había quedado en blanco, a veces sentía un nudo en la garganta, pero nunca lágrimas. Tomó el camino de la incertidumbre y anocheció.
Despertó acurrucado y con las orejas frías, estaba delgado, demasiado delgado, bostezó una vez... bostezó otra, y entonces comprendió que la noche había acabado.

domingo, 23 de mayo de 2010

vivir.


Mientras queden canciones que escribir
voces que alzar al aire
miradas para ti.
Mientras quede tu aliento
corriendo en el desierto
sin más esperanza que un punto azul en el cielo negro.
Mientras quede la huella
de una sonrisa pasajera
y la luz que se desprende de ella.
Mientras rodee mis rodillas con mis brazos
y sienta que estoy viva
aunque sea sólo a ratos.
Mientras el suelo sienta mis zapatos
y yo sienta tus manos.
Seguiré.

viernes, 14 de mayo de 2010

La Duda.


¿Qué es la duda? ¿Por qué dudamos? ¿Por qué nos da tanto miedo dudar? ¿Es bueno dudar? ¿A veces nos gusta dudar? ¿Por qué y por qué? Ya dije en mi primera entrada que yo era la niña pesada del porqué, lo sigo siendo.
Demasiadas preguntas y muy pocas respuestas, siempre hay menos respuestas, en eso está la magia, en buscar, en descubrir las respuesta, en debatir, pero, y volviendo otra vez, ¿Por qué nos da miedo? El universo de la duda, dudar sobre la propia duda, mira que soy retorcida. Nos dará miedo quizás porque precisamente también tenemos miedo a descubrir o porque tenemos miedo a elegir, porque en realidad la duda siempre nos lleva a una elección, bendita duda que nos permite escoger, que nos hace libres. En cambio, los "dudadores" estamos muy mal vistos en esta sociedad, si dudas no eres libre, no eres inteligente, no eres un descubridor, simplemente eres un indeciso, un cansino y un cobarde. Es cierto que muchas situaciones requieren valor, quizás un valor que yo no tenga, pero entre dudar de todo y no dudar nunca, lo tengo claro. A veces incluso se duda de algo que ya has hecho y digo yo, cómo es posible, lo hecho, hecho está, pero no; pensamos: ¿Habré hecho lo correcto? ¿Por qué me he equivocado? ¿ Me ha servido equivocarme? ¿Me ha gustado? Que quede claro que aquí estoy poniendo muchos ejemplos sobre frases "dudadorescas", tampoco es bueno dudar mucho, ya sabéis, los extremos nunca fueron buenos.

En fin, volviendo al tema, que me pierdo, hace poco se me ocurrió una frase, un poco crítica:

- A los tontos no les gusta dudar, tienen miedo de la duda, los sabios, en cambio, esperan impacientes el momento de la duda, porque es una perfecta oportunidad para su querido debate.

Y, una vez llegado a este punto, me gustaría hacer una distinción. Según la Real Academia Española de la Lengua la palabra debate significa discusión, confrontación de opiniones diferentes, según el juicio de la Real Pensadora de la Lengua Andreñola existen dos tipos de debates, aquel en el que se argumenta y se escucha o aquel en el que tan sólo se argumenta y defiende la propia opinión. Pondré un ejemplo simple para que quede del todo claro, un debate con tu mejor amigo sobre qué hacer en el fin de semana suele ser del primer tipo, estás abierto, aceptas nuevas opiniones y a la vez propones tus planes, un debate político como a los que nos tiene acostumbrados nuestro señor presidente y demás gentecilla de por esos mundos suele ser del segundo tipo. Es más, no sólo no escuchan sino que no se hacen escuchar, usan siempre ese mismo tonto aburrido y monótono, se supone que es protocolario, pero por favor, está dando usted un señor discurso o una buena misa y, para colmo, no hablan en latín pero como si lo hicieran, soy la principal defensora de la cultura y de las palabrejas raras y adoro buscar en el diccionario pero si eres un político no está de más que el pueblo te entienda, aunque sea un poquito. Bueno y después de esta crítica a la política (hoy estoy criticona), vuelvo a las preguntas iniciales.
¿Por qué dudamos?
Sinceramente, no creo que saquen nada en claro de este extenso escrito, así que el que se esté aburriendo y ande como loco buscando una respuesta puede parar aquí y dedicarse a tirar palomitas por la ventana a ver si acierta y da a algún transeúnte.
Albert Einstein, uno de mis ídolos dijo una vez:
"El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados."
O también:
"Hay dos maneras de vivir tu vida: una como si nada fuera un milagro, la otra como si todo fuera un milagro."
Quizás la duda nos hace ver parte de este milagro que es la vida, quizás nos obliga a pararnos a hacernos preguntas y a descubrirnos enormemente maravillados en una respuesta tan vital como evidente y, sin embargo, ahí estamos, flipando y solamente porque hemos tenido la genial idea de hacernos la pregunta y encontrar la respuesta. Aunque aquí he de dar una pequeña advertencia, rara vez se encuentra la respuesta y he aquí la explicación a mi invitación a que dejaran de leerme, las preguntas siempre llevan a más preguntas, de hecho incluso las respuestas siempre llevan a más preguntas, pero no importa hace tiempo asumí que quizás existan algunas preguntas sin respuesta y algunas respuestas sin pregunta. Qué complicado verdad, si son términos que siempre deberían ir unidos, pregunta-respuesta, bueno pues voy a jugar un poco a ser Frederich Nietzsche y a desmontar el lenguaje, no sé si tengo derecho, pero bueno, para los valientes que hayan llegado a este punto de la lectura supongo que ya no hay sorpresas, empiezan a conocerme.
Nuestro amigo Albert también afirmó que:
"No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos."
Pues bien, creo que sólo hemos respondido a una de las preguntas iniciales, la duda no es tan mala, me atrevería a decir que dudar es bueno, dudar es sano. De hecho en las cajetillas de tabaco debería poner: No dudar perjudica gravemente su salud mental, fumar no es tan grave. Por favor, no me coman los médicos, defensores de la salud, etc., es simplemente un mensaje impactante para revindicar un poco la Psique y me permito utilizar un poco mal este término. Diré, ya que juego a ser Federica que en este caso psique hace referencia más que al alma a la mente, que al fin y al cabo constituye en gran parte eso que llamamos alma. Por favor, no me maten los cristianos.
Bueno, demasiado me estoy arriesgando hoy la vida, criticando y hablando como un loro loco, sin orden alguno, dejando que fluyan los pensamientos como si pudiese guardarlos en frasquitos y pum mostrarlos, espero no haberles asustado demasiado. Creo que concluiré aquí, pero acepto reflexiones, muchas, pueden dejar un comentario o bien escribir a mi dirección de email si lo que quieren dejar es una biblia: rubiyeya@hotmail.com .
Una pequeña y última aclaración, en el título pongo la Duda, con mayúsculas porque pensaba tratarla en este texto como a una mujer, como a una amiga que vive ahí con nosotros, después han empezado a surgir ideas y pensamientos y como ven no ha quedado así, lo sé, el título se pone al final. No me ataquen los profesores de literatura. En fin, les invito a ustedes a escribirme y contarme cosas sobre nuestra bella amiga Duda, bonito nombre.
Finalizo, ahora sí que sí, con unas frases de otro genio: Mahatma Gandhi, Ghandi para los amigos.

- Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.
(Así que esfuércense, duden y duden, aunque no encuentren grandes resultados).
Parezco yo aquí una experta de la vida, una gurú, no es mi intención que quede claro, espero que sean muy libres de elegir si les gusta mi mensaje o por el contrario es una auténtica basura.

- La violencia es el miedo a los ideales de los demás.
( No temamos, elijamos el debate pacífico, el debate en el que se escucha y se es escuchado, crezcamos juntos hacia un mundo igual, mejor o peor, pero un mundo nuestro, tuyo, mío, suyo y de todos los demás).

jueves, 13 de mayo de 2010

Aquí la cosa funciona así.


¿Qué nos parece más normal, ver a alguien que va solo por la calle llorando o a alguien que va riéndose solo?

jueves, 6 de mayo de 2010

No hay miradas hacia África.



Ya lo dijo Einstein, la palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices... y los hay.
Y me pregunto yo, al lado de todo esto qué sentido tiene nada, acaso existe algo comparable. ¿Dinero?
¿Qué significa progreso? ¿Cuánto vale una vida?
Alguien me dijo una vez que no podemos vivir constantemente concienciándonos de la pobreza del tercer mundo, pero pienso que sería muy egoísta no hacerlo nunca, es tan cómodo decir “de qué me sirve martillearme si luego no puedo conseguir nada” y es cierto, si nos rendimos antes de empezar, hemos perdido, no lo dudéis. Así que, como dijo Víctor Hugo, "Atreveos: el progreso solamente se logra así."

jueves, 8 de abril de 2010

El mismo amor, la misma lluvia.


Cuando voy al cine suelo aplaudir cuando acaba la película y me ha gustado. Es algo que me encanta hacer, no importa si nadie aplaude yo continúo aplaudiendo mientras mis amigas se ríen de mí y me dicen que por favor pare. En realidad si importa que nadie aplauda, lo odio, no me gusta que no me sigan el aplauso, es qué no hay ni una sola persona en la sala a la que le gustó la película. Y sí, ya sé que los actores no me oyen, qué importa, es una forma de decir a todos los humanos que vieron conmigo la película: Oye tú, ha estado bien. Es una forma a la vez de preguntarles: ¿Os ha gustado? Un poco de comunicación, lo típico pero más idílico.

El caso es que es una pena que nunca pude aplaudir en el cine mis películas favoritas porque se estrenaron en el 1999 y en el 2001 y yo era demasiado pequeña como para saber que me gustaban. Bueno, miento, hay una que se estrenó en el 2009, pero no sé como fue a parar a mis manos en un vídeo club, en un momento crucial de mi vida en el que un amigo me dijo: - ¿Ésta o ésta? Y a pesar de que quería la otra, escogí, vete tú a saber porqué, " El secreto de sus ojos". Ésto mucho antes por supuesto de que fuese premiada en " Los Goya" y en "Los Óscar". Gracias a ella conocí a Juan José Campanella, miento, no le conocí, conocí a tres de sus películas y deseosa estoy de conocer a más. Fascinantes, hay tantos adjetivos que podría ponerles que no sé cual escoger, fascinantes...

Las tres películas de las que habló son: " El secreto de sus ojos" (¿Sorprendidos eh? No se la esperaban), "El hijo de la novia" y "El mismo amor, la misma lluvia", ésta última acabo de verla.

No estoy muy puesta sobre la historia de Argentina, pero leí en algún blog que son películas realizadas después de la censura en Argentina, con muy poco presupuesto y mucho humanismo, muchas ganas de expresar y buenos actores. No sé si será verdad pero a mi me gusta creer sí, de hecho yo creo que es así. Son películas humanas, no hay otra palabra que lo describa mejor.

Pero es increíble lo que hace este director con el mismo grupo de actores, es alucinante como puede hacer tres películas tan buenas y tan jodidamente diferentes, aunque con algún que otro punto en común, digamos que se nota quien es su padre. Aunque supongo que en todo ésto tendrá un tanto que ver, por no decir un muchísimo el o la guionista, que no sé porque nunca se habla del guionista, bueno y mucha más gente, técnicos de sonido, de imagen, etc. Pero aún así no le quito mérito a Juan ( Para los amigos) , "chapó".

Pero dejemos de hablar de personas y hablemos de las obras de arte de esas tres películas.

Una de las características que me encanta es que crean sentimientos en las personas, por lo menos en mí, lo mismo estoy llorando de la risa, que lloro de pena y no es por que sea de lágrima fácil con las películas, es porque son maravillosas. Tienen mucho humor, un humor diferente, a lo mejor es porque son argentinas y por eso yo lo veo diferente, pero me encanta. Suelo sumergirme de tal modo en la película que hago mía la historia y no importa nada si afuera un cerdo esta persiguiendo a una oveja para quitarle un chupa chups. También me encanta la facilidad que tiene para cambiar de una escena feliz a una escena trágica, como expresa todo en una sola escena con un primer plano de la cara de Ricardo Darín, sin a penas sonido que hace que acabes llorando a lágrima viva. Me gusta mucho la continuidad como van pasando los hechos uno a otro como si nada, como pasan dos años tres años, como vuelven a unirse los hilos, como de repente está paseando y descubres que han pasado un par de años por algún detalle crucial sin necesidad del típico: 2 years later. Sé que me repito pero me encantan las tomas como representa por ejemplo la lluvia en " El mismo amor la misma lluvia" o como se desenfoca una cara que queda por detrás... En fin, me fascinan y además el mensaje suele ser alucinante. Será el mismo mensaje de muchas otras bonitas, pero por lo menos os puedo asegurar que la forma no es la misma y por eso os la recomiendo a todos. Es posible que después de ésta alabanza os parezcan una real mierda quizás las haya puesto un poco por las nubes ... ^^ Así que, volviendo al principio de mi escrito, a la pregunta de ¿ Os ha gustado? sólo contestaré : Oye tú, ha estado bien.

Y una última anécdota, casualidades del destino, después de ver la película de estos pelotudos me llama a casa el señor de yoigo o yo que sé ya sabéis uno de publicidad para una tarifa plana y sé que os parecerá muy normal pero ... Era argentino, nunca me tocan argentinos, siempre me tocan venezolanos, colombianos, españoles...era argentino y yo como una tonta me dice teneis internet en casa y yo claro para que no me suelte el rollo le digo no sé, y me dice que llamará cuando estén mis papás pero qué si tenia ordenador en casa y voy yo y le digo que no lo sé, claro me ha respondido: ¿ No sabes si tienes ordenadores? En fin cosas de mi despiste mental. Pero que casualidad que hablara con la misma voz que llevaba escuchando durante dos horas, que me dijese con voz de argentino: no hay problema cariño "cuidáte", con la misma voz de mi Ricardo Darín...

lunes, 5 de abril de 2010

Sentir.


¿Te gustaría ser del sexo opuesto por un día?
Una vez alguien hizo esta pregunta y la mayoría de mujeres respondieron que sí que les gustaría ser chicos por un día ¿ Por qué no ? Sin embargo, casi todos los hombres respondieron que no.
Después yo le pregunté al que había hecho la pregunta si a él le gustaría y me respondió, también como la gran mayoría, que no, dijo que no le gustaría ser mujer, tan sensible y tan delicada, tan frágil. No lo dijo con maldad, simplemente era una opinión que tenía y es cierto las mujeres somos más sensibles. ¿ Pero qué hay de malo en la sensibilidad ? Yo le respondí que quizás nosotras somos capaces de sentir cosas que ellos no sienten o de ver cosas que ellos no pueden ver. Creemos que somos capaces de percibirlo todo, pero todos somos ciegos en cierto modo. Cuando nos relacionamos con los demás hacemos eso que se llama abrir el horizonte, es decir, ampliar nuestro punto de visión, es bueno que otra persona te muestre aspectos en los que se ha fijado y tú no, o simplemente cosas que tú ya habías visto pero él otro las ve, desde otra perspectiva y, por lo tanto, se convierten en cosas diferentes. Yo por ejemplo, como buena mujer sensible que soy, suelo fijarme en detalles absurdos o insignificantes para algunas personas, como por ejemplo en las personas de los coches de al lado en un atasco, en como reaccionan si bailo y canto, en como reaccionan los niños pequeños si les saco la lengua, en el parecido entre padres e hijos desconocidos, en las manos de la gente, en las diferencias de las parejas, en como definen los cuadros y objetos de una casa a la persona, en mis pies cuando camino, en la risa de las personas, etc. En fin, volviendo al tema de lo ciegos que estamos, a veces cuando alguna persona comete alguna ordinariez, pongamos el ejemplo de tirarse un eructo o estornudar sin ponerse la mano, o no decir por favor o gracias, etc, pienso: que mal educado, pero luego también pienso que quizás lo hace por ignorancia, porque nadie se lo ha enseñado y en ese caso tal vez yo debería decírselo, oye pida usted perdón si eructa, póngase usted la mano si estornuda o pida las cosas por favor y de las gracias, pero por educación te quedas callado y como mucho diriges una mirada de " ay madre mía " a tu compañero de al lado. Y yo me pregunto cuantas veces yo habré sido mal educada y personas más cultas o con más conocimientos que yo por educación no me habrán dicho nada, cuantas veces he estado ciega. Es una paranoia mental, pero si lo piensas es un ciclo y pensando y pensando, llegué a la conclusión de que la única solución es decirlo, cuando alguien hace algo incorrecto, pero entonces pecas de mal educada, con lo que volvemos al ciclo. Solución = educación por igual para todos, por favor. ( El por favor que no falte :P ) Y ya estoy como de costumbre yéndome por las ramas. Las mujeres somos más sensibles era la cuestión. No quiero pecar de feminismo, porque lo odio casi igual que el machismo, aunque el machismo me da más miedo, pero el caso es que para bien o para mal sentimos más que los hombres, o por lo menos sentimos de forma diferente, no sé como sienten los hombres pero según sus reacciones existe una diferencia entre los dos sexos, no digo que los hombres no sean sensibles ni que no existan mujeres insensibles, pero en general sí somos más sensibles y aunque me repita es posible que veamos cosas que ellos no vean y por eso lloramos, tal vez no nos gusta lo que vemos o simplemente nos gusta tanto que nuestro pequeño cuerpo no es capaz de aguantar toda la felicidad contenida y además es sano sacar y mostrar los sentimientos. Muchas veces he llorado de emoción, de alegría, otras he llorado por pena o por diferentes motivos y otras muchas he llorado sin saber muy bien por qué.
Y una última pregunta, ¿ Qué hay de malo en llorar ?

viernes, 26 de marzo de 2010

Hoy.


Tregua de silencio y mirada al infinito
hasta que alguien me pone los pies en la tierra...
y resucito.

viernes, 5 de marzo de 2010

- Hola soy un villancico disfrazado de ópera.

Es irónico que en un texto dictado por una profesora de historia en clase aparezca la siguiente frase:
“ El nuevo texto regula una lista de libertades con carácter más restringido que la constitución de... bla bla ”
¿Alguien me puede explicar que son las libertades con carácter restringido? O ¿Cómo se pueden establecer libertades con carácter restringido? O es qué “libertades” es una forma bonita de decir “normas”.
Teniendo en cuenta mi habilidad para relacionarlo todo y acabar pensando en cosas estúpidas que tienen muy poco que ver con el principio y mucho menos con lo que será el final, esto me lleva a pensar en cuantas veces los políticos nos engañan tan sutilmente, hoy en día es un pensamiento muy asumido el de que los políticos nos engañan, no paro de oír aquí y allá que los políticos son unos falsos, que nos engañan a todos, que son unos corruptos, etc. ¿ Pero realmente la gente sabe en qué aspectos están siendo engañados? ¿Sabemos distinguir mentira de realidad? ¿O mentira de adorno lingüístico? Y ya no hablo solo de las mentiras de los políticos.
Desde que tuve uso de razón me he estado haciendo una pregunta un poco rara y que casi nadie entiende o sabe contestar, tal vez sea una pregunta demasiado evidente o quizás la respuesta sea de esas cosas que la sociedad tiende a asumir sin plantearse el porqué, este es otro de los defectos que siempre tuve, sí, yo era la niña cansina del ¿Y por qué?
Bueno ahí va la pregunta. ¿ Por qué el camino del conocimiento? Me explico, siempre me he preguntado por qué mi madre eligió el camino del conocimiento, del saber, de la cultura, porque a ella se lo impusieron, está claro, pero para sus hijos, lo eligió, sin duda. Seguramente, muchos de vosotros habréis sentido o pensado alguna vez que verdaderas que son frases como: “ el tonto vive feliz en su tontería”, “cuanto más sabemos, menos entendemos”, “ la ignorancia es atrevida”, etc.
Entonces si vamos a ser más infelices, a entender menos y a ser más cobardes... ¿ Por qué?
De momento la única respuesta egoísta y lógica que he encontrado es: para que no nos engañen, es decir, para que no nos digan que existen libertades restringidas... y un carajo, libertad y restricción son casi antónimos.
Pero bien ni siquiera yo que me lo cuestiono pienso así, está claro que conocimiento para no hacer daño a los demás sin saberlo, para resolver nuestras dudas, para encontrar respuestas sobre nosotros mismos y quiero creer y espero que al final sea para ser más felices.
Porque si no ya me diréis porque los sabios tratan de culturizar a otros, dudo mucho que sea por un impulso malvado de ojo por ojo diente por diente, si yo soy infeliz tú también.
Aunque el conocimiento me ha aportado cosas buenas aún tengo muy poca experiencia y en fondo sigo teniendo la maldita pregunta. Por favor envíen las respuestas al: 6546543334933934959392499593. Gracias.

En fin, ya os podéis imaginar como va a ser este blog, aunque no todo serán pensamientos ni textos de este tipo, a lo mejor subo alguna historia, alguna canción, fotos, vídeos, quien sabe.
Muchas veces me ha costado sacar o expresar lo que llevó dentro, pero sin embargo me he alegrado cuando he leído alguna “frikez” de alguien que pensaba como yo, pero que a diferencia de mí, se ha atrevido a escribirlo, así que espero de todo corazón que os pasé lo mismo cuando leáis mi blog y si no pues ya sabéis.

Buen camino.